martes, 14 de julio de 2009

Enviar Postales



Aunque cueste creerlo en este maremoto digital, hay gente que todavía escribe postales y las envía por corre. ¿Un gesto con olor a naftalina o la resistencia de un bello hábito?


El gesto de enviar postales es simpático y antiguo. Las postales tuvieron su apogeo en los años veinte del siglo pasado; luego comenzaron a declinarse lentamente, pero esa declinación fue compensada por el aumento de viajeros en la era del turismo de masas que floreció, en Occidente, a partir de la década de 1950.Los turistas siguen comprándoselas hoy como souvenir inevitable, luego olvidado en un sobre con el nombre de la ciudad que representan. Pero nada mas mortífero para las postales sobre cartón que el correo electrónico y sobre todo, la captura de imágenes digitales y su envió como archivos adjuntos o su ascenso a la eterna universalidad de las redes sociales.
Hoy es tan intempestiva la llegada de una postal por correo que se la valoriza inmediatamente, distinguiéndola por su rareza en las decenas de imágenes que llegan a la casilla electrónica.
La postal era algo así como “mandar saludos”. No se necesitaba decir mucho mas que eso, y todo lo que se agregaba debía referirse, a diferencia de la carta, a cuestiones completamente turísticas, como el paisaje, las comidas o los paseos. La postal probaba que quien la escribía era un turista que, sin embargo, no olvidaba a los que habían permanecido en el lugar de origen.
Durante el primer tercio del siglo XX, se coleccionaban postales que nunca habían sido enviadas por correo...


Texto: Revista Viva
Trabajo para la materia "ilustracion II"

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